Un llamamiento apasionado para proteger a nuestra juventud de los efectos nocivos de los deportes de competición actuales
Es hora de que nos unamos como raza humana y actuemos con razón y compasión para proteger a nuestros niños y jóvenes de las devastadoras consecuencias de un deporte de competición que va en contra de la naturaleza humana. Es hora de que alcemos la voz de la razón y nos preguntemos qué valores y mensajes queremos transmitir a nuestra creciente generación.
Protejamos a nuestros jóvenes de las devastadoras consecuencias del deporte orientado al rendimiento ejerciendo el sentido común y la compasión.
La colaboración y el espíritu de equipo se sacrifican en favor de la rivalidad y el egoísmo. Incluso en el mundo empresarial se reconoce el valor de la cooperación, mientras que en el deporte de competición la atención se centra exclusivamente en el éxito individual. Pero, ¿qué ocurre con los valores del juego limpio, la solidaridad y la unión? Es hora de que desviemos nuestra atención de la destrucción del compañerismo y la dirijamos hacia una competición sana y cooperativa.
Competencia a toda costa: se está olvidando el verdadero respeto por los perdedores y el reconocimiento del rendimiento individual.
Los medios de comunicación también son responsables porque alimentan este doble rasero. Celebran los éxitos de los atletas mientras ignoran el lado más oscuro del deporte de competición. Con el pretexto hipócrita de destacar los aspectos positivos del deporte, ignoran las consecuencias sanitarias y éticas. Sin embargo, existen numerosas oportunidades fuera del deporte de competición que permiten a los jóvenes desarrollar una personalidad integral.
La asociación y el espíritu de equipo se están sacrificando en favor de la búsqueda egoísta del éxito individual. Es hora de centrarse en el juego limpio, la solidaridad y la unión.
Debemos poner fin a los supuestos héroes del deporte de competición y dejar de promover sus maquinaciones mediante ayudas económicas. En su lugar, el dinero debe canalizarse hacia el deporte de base para dar al mayor número posible de jóvenes la oportunidad de participar en el deporte y aprender valores saludables como el espíritu de equipo, el respeto y el juego limpio. Trabajemos juntos para garantizar que sólo los entrenadores y cuidadores con integridad moral tengan acceso a nuestros niños y jóvenes, porque no podemos luchar solos contra las sofisticadas estrategias de los perpetradores.
Los lados oscuros del deporte de competición son ignorados por los medios de comunicación, mientras que el desarrollo personal holístico es posible fuera de él.
Su ingeniero Dieter Karl Artur Paul
- Director General storemaster GmbH & Co. KG -